Las Huelgas Políticas.

Una vez más, esta vez en Francia,  se pone de manifiesto que el derecho de huelga, reconocido por nuestra Constitución en su artículo 28, apartado 2º, pero no regulado en el ordenamiento ordinario como debiera estarlo un derecho de estas carácterísiticas, sirve a las corporaciones sindicales para subvertir el orden democrático.

El pueblo francés ha votado mayoritariamente a un presidente y a un partido con un mensaje claro, clarísimo. Ahora, cuando es el momento de poner en marcha lo que el pueblo francés votó, los perdedores de las elecciones paralizan el país para evitar que la democracia siga su curso. Pretenden coaccionar a toda la nación ignorando el resultado de las urnas e impidiendo que el Gobierno haga su trabajo.

Ya puestos, si estas huelgas políticas son legales, para qué convocar elecciones, cada vez que se quiera aprobar una ley se convoca al pueblo en la calle, manifestación contra manifestación y se aprueba la Ley del más fuerte, y no del resultado de las urnas.

Qué las huelgas son secundadas mayoritariamente. Por supuesto, gracias a la violenta coacción de los piquetes. 

¡A la huelga, a la huelga!