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Pro Libertate

Samuelson: Nobel de la Moral.

En su homilia del pasado día 26 en el diario, otrora serio, El País, Paul A. Samuelson, decidió abandonar su condición de economista laureado con el Nobel de su especialidad (siempre puede aspirar al de la Paz), para adentrarse en los terrenos más amiguos, aún, de la moral.

Adiós al capitalismo de Friedman y Hayek no es un artículo económico, nada dice de las teorías de esos otros dos economistas también premios Nobel, cuyas ideas chocarón en más de una ocasión, pero que en todo caso fueron bastante más honrados que Paul, teniendo en cuenta que además es el único vivo de los tres.

A pesar de ser un autor mucho más leído que Hayek y Friedman, Samuelson parece no perdonarles que hayan sido mejores economistas que él, de esa forma dado que en vida no les pudo refutar tampoco lo puede hacer tras su muerte, y aprovecha la coyuntura para lanzar toda una serie de acusaciones fundadas en coceptos morales y en ausencia total de criterios económicos.

Así el artículo está salpicado de los siguientes argumentos de peso:

- Se califica así mismo como "persona apegada a los valores tradicionales".Y uno se pregunta de qué tradición.

- Cita a Marx, Lenin, Stalin, Mao, y Castro, sin distinción, para sin solución de continuidad echar la culpa de todo la actual crisis a Friedman y Hayek, por sus "envenenados legados", que por supuesto no explica. La descalifiación es suficiente, su público no quiere dolores de cabeza soló alimento fácil de digerir.

- Se define asímismo como estudiante brillante, con profesores famosos que le daban altas notas. Todo un ejercicio de modéstia intelectual.

- Al calificar a su familia la excluye de la pobreza, pero también, y he aquí el matiz, de la riqueza "aquerosa" ¿Sólo es aquerosa la riqueza, no la pobreza? Yo, si fuera muy, muy pobre, igual si hablaría de mi "asquerosa" pobreza, pero seguro que nunca diria lo asquerosa que es mi riqueza.

- A renglón seguido justifica el milagro de la recuperación en los años cuarenta por las politicas del "benévolo" Roosevelt y de "pérfido" Hitler. Si yo no he entendido mal el artículo, según Paul, AH tuvo razón en su política económica. Esto en Alemania puede ser delito, y el Banco de Suecia debería replantearse la retirada de su premio.

- Como no podía ser de otra forma Bush, y sólo él, hizo muchas "estupideces". Para que indicarlas todos las conocemos: es "el consenso".

- Desde Reagan, el otro ogro, en los USA son todos unos "derechistas radicales". Tal parece que ha sido asesorado desde nuestro país a la hora de calificar a la "derecha".

- Los recortes fiscales de Bush han beneficiado a sus "prosperos vecinos". Que es tanto como decir que él vive en un barrio de gente próspera porque tiene dinero y tambien se ha beneficiado de esa politica.

- Lo que hacia falta, según él, era una "sensata regulación centrista". Debería establecer criterios más objetivos que la sensatez.

- Al hablar de la ingeniera financiera reconoce que él debe tener algo de culpa en la misma, de forma que ya menos culpa tendrán los economistas a quienes cita en su titular de forma inquisitorial, ¿no?

- Su solución, para él, es que la FED y el Tesoro de USA "creen suficiente dinero". ¿Con qué respaldo?

- Como no los buenos fueron Kennedy y Clinton. Ninguno cometió estupideces como Bush (caso becaria aspiradora, Mogadiscio, Sarajevo, Cochinos, orgias en la Casa Blanca, etc.).

- Termina suponiendo que los niños del futuro temblarán ante el nombre de Bush, pero no dice que miles de estudiantes de economía ya temblamos y tiemblan desde hace años al oir su nombre y tener que estudiar por su intragable manual (el cual en alguna edición reflejaba gráficos en donde se igualaba la productividad industrial de los USA y de la URSS en la segunda década de los 80  justo antes de la caída del muro. Todo un acierto)

En fin, el artículo-homilia más parece un ajuste de cuentas con Hayek y Friedman que se han convertido en el pim-pam-pum de los neo-intervencionistas salvajes.

Lo dicho: Cuidado con los Neoin.

1 comentario

Javier -

Si el hombre fuese un objeto seria objetivo, pero como es un sujeto es subjetivo
Ortega y Gasset

“Le laissez-faire c´est fini”, con estas palabras declaraba el presidente Sarkozy la terminación del capitalismo salvaje de las ultimas décadas, a lo mejor los Neocons y los fundamentalistas liberales le acusaran ahora de “izquierdista”.
Quizás en los países donde ha habido una cierta regularización, se puedan recoger ahora los frutos, como es el caso del saneamiento financiero de las cajas y bancos españoles, y se permitan el lujo de absorber otros bancos, vease el Grupo Santander.
El liberalismo no debe de ser tan bonito, cuando el propio presidente de la patronal española ha pedido “un paréntesis en la economía de mercado”, esos dogmas de la mano invisible auto-correctora del mercado no son tan bondadosos. A fin de cuentas Adam Smith era más utópico que Marx.
En relación a tu comentario de comparar las estupideces de Bush, con las de Clinton, me parece un tanto desproporcionado (igualar a la becaria con la Guerra de Irak?).
No se si Samuelson, tiene razon o no, lo que está claro es que tiene más catadura moral que los analistas neocons como Francis Fukuyama, que llego a proclamar el fin de la historia (ahora debe de estar escondido en un bosque), o que Milton Friedman asesorando al sanguinario Pinochet, para dejar en la pobreza a medio país.
Como dice Dani Rodrik -profesor de la Universidad de Harvard- “Dos décadas de estar aplicando las políticas económicas neoliberales al mundo en desarrollo han brindado resultados decepcionantes.”
Los defensores del fundamentalismo liberal señalan que este sistema representa una oportunidad más para los pobres, pero ¿porqué los que defienden este sistema con vehemencia pertenecen a los países más ricos y dominantes y no es precisamente al contrario?. Los países que se ha desarrollado a partir de la Revolución Industrial han sido los países que lo hicieron a través del proteccionismo; Francia, Bélgica, Alemania.
Los que defendemos una regulación del Estado (controlada), según tu definición neoin, somos los que al final “sacamos las castañas del fuego”. No olvides lo que escribió Alejandro Dumas en El Conde de Montecristo, “Las ideas nunca mueren, sólo están dormidas pero despiertan con más fuerza”.

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