Colectivismo.
Hay muchas formas de colectivismo, una de ellas entra en juego siempre que nos encontramos en campaña electoral: "La derecha es así...", "cuidado que viene la Derecha", "los de derechas son....". Otra forma sería: "La izquierda nos robará....", "Los nacionalistas son...", etc., etc.
En España estamos acostumbrados a que este tipo de campañas siempre vengan del mismo sitio: No pasarán, os quitarán las pensiones, son todos unos cenizos, etc. Pero eso no nos ha de extrañar de quién se define ideológicamente colectivista y clasifica a la gente según grupos: católicos, musulmanes, homosexuales, etc.
En la derecha se da también el fenómeno: "el pueblo español...", "ya sebemos como se las gastan los gitanos...", etc.
Es difícil escapar de este colectivismo en el que siempre nos han educado, pero si queremos, de verdad, no fomentar la "crispación", sería bueno empezar a reconocer que no hay tales colectivos y sí individuos, de derechas y de izquierdas, de una y otra religión, de una u otra preferencia sexual, que son buenas y malas personas.
Logrado abandonar el colectivismo habremos ganado en educación, seguro.
Por todo ello, quien esto escribe, no cree en "la ciudadanía", cree en los ciudadanos, como no cree en la sociedad, y sí en los individuos y sus familias, tal y como decía Maggie.
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