Mi Padre, Adolfo Galán Salvador.
Adolfo, mi padre, con sólo 58 años se ha ido, me ha dejado en un minuto, un desmayo y adios.
Se que ya está en un lugar mejor, con todos sus heroes literarios, con sus admirados músicos, con sus padres y su abuelo al que no conoció, como yo tampoco conocí al mio, y gracias a Dios, él, mi padre, al menos pudo disfrutar ochos meses de su nieto (los tres en la foto el día del nacimiento)
No he conocido a persona que más haya leído, que más conciertos de múscia haya escuhado en vivo, o que más óperas se haya estudiado.
Mi padre se ha ido de esta vida que tantas veces desperdiciamos con tonterias.
Mi padre se ha ido para seguir todos los días y a todas horas estando conmigo y diciéndome en cada momento lo que he de hacer.
Un beso papá, te quiero.
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